sábado, 31 de julio de 2010

¡¡¡Quiero un postreee!!!

Moldeado de ricotta y frutas

Los postres son el broche final de toda comida bien servida. Un buen postre debe ser capaz de complacer al paladar y los ojos, además de combinar con los platos anteriores.

“Tú me quieres alba, Me quieres de espumas, Me quieres de nácar…” ¡Tú me quieres blanca! ¡Qué bello poema de Alfonsina Storni! Aunque se rían de mi imaginación este postre con ricotta me hizo acordar al hermoso poema que estudié en la primaria y me quedó grabado en la mente. Ese grito revolucionario de la mujer contra su imaginario social (esa ya es una reflexión universitaria). ¡Ups! ¡Hay tantas cosas que decir al respecto! Pero aquí estamos, sintiendo la espuma y la cremosidad de la blanca ricotta en esa crema milagrosa que se forma en la conjunción de otros estupendos ingredientes… ¿Qué más hay para decir? ¡Vamos a la receta!

Ingredientes para 6 porciones:
500 gramos de ricotta descremada (Requesón)
2 manzanas deliciosas
Jugo de limón
1 cucharada de edulcorante
1 cucharada de esencia de vainilla
1 cucharadita de ralladura de limón
2 sobres chicos de gelatina sin sabor (14 gramos)
200 cc de agua hirviendo
4 claras
Rocío vegetal
Frutas para decorar

Preparación:
Pelar y rallar las manzanas. Rociarlas con jugo de limón. En un bol mezclar bien la ricotta, las manzanas, el edulcorante, la esencia y la ralladura de limón. Diluir la gelatina en el agua hirviendo y agregar a la preparación anterior. Mezclar muy enérgicamente. Apartar.
El paso anterior lo hice en la procesadora. Es más fácil, pero con amor y paciencia queda perfecto manualmente. En otro bol batir las claras a punto nieve e incorporar en forma envolvente a la preparación anterior fijándose que no queden pedacitos de clara sin disolver, mezclar con paciencia.
Rociar un molde Savarín con rocío vegetal. Verter la preparación y llevar a la heladera unas 4 hs aproximadamente.
Desmoldar y decorar con frutas frescas.

¡No se imaginan lo rico que es este postre!

Nota de pié de página:
Antiguamente, las comidas finalizaban con frutas frescas o secas, leche, platos de queso o miel. En el siglo XVII los postres se hicieron más elaborados: se les agregó elementos como mazapán, turrón, pirámides de frutas, conservas secas y bizcochos, dulces, cremas y bombones. También se agregaron los helados y se diversificó el arte de la pastelería. Hoy la industria ofrece una amplia gama de postres instantáneos fríos o calientes, calóricos o dietéticos, que simplifican la tarea de los cocineros y de las amas de casa.

4 comentarios:

  1. Qué buena pinta tiene!, además tienes toda la razón, después de una comida tiene que haber un postre rico y que te entre por los ojos.
    Muxus

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  2. Gracias Patricia! Sí, un postre es elemental para darle un cierre al ritual de la comida y no buscar repetir otra cosa. Gracias por escribir. Besos.

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Gracias! tu comentario es muy importante para mí.

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